En el mundo empresarial existe un alto riesgo legal. Una falta de gestión legal supone no aplicar la ley y por tanto un alto riesgo de resultar condenado por las administraciones y los tribunales. Gestionar la legalidad es evitar las condenas.
La incertidumbre es siempre sinónimo de riesgo. No tener en consideración los peligros a los que estamos expuestos como organización no impide que esta funcione pero la convierte en un blanco fácil y seguro para ataques legales.
Gestionar una organización con el conocimiento de la ley es el primer paso para construir la próspera senda del crecimiento y la sostenibilidad. Es muy importante tener presente la necesidad de gestionar y dirigir las organizaciones de un modo sostenible. La sostenibilidad implica compromiso y visión de futuro, honestidad e integridad en los negocios. Eso es el mejor indicador del éxito empresarial presente y futuro.
La gestión de riesgos legales, como técnica, contribuye a construir una organización legalmente sostenible. Siendo la sostenibilidad, desde un punto de vista legal el indicador de que una organización está actuando correctamente. Actuar conforme a la ley y buscar la excelencia legal está reconocido por nuestros tribunales y es el mejor modo de mostrar que el compromiso de la organización con la ley y la sociedad en su conjunto es irreprochable. De este modo, la ley, más que un enemigo, se convierte en un aliado que nos ayuda a consolidar las oportunidades y asegurar parte de nuestro éxito.