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Toda gestión trata de organizar del mejor modo posible los recursos de la empresa con el fin de conseguir sus objetivos. Asegurarse de cumplir con la legalidad es uno de los objetivos más importantes de toda gestión.
La prevención y la anticipación son dos facetas importantes sea lo que sea que hagamos. No es cierto afirmar que actuamos sin pensar, menos aún que actuar sin pensar es lo correcto. Tampoco tiene sentido prevenir si actuar.
En el mundo empresarial existe un alto riesgo jurídico: Una falta de gestión legal supone un desconocimiento de la ley y por tanto un alto riesgo de resultar condenado por las administraciones y los tribunales. Gestionar la legalidad es evitar las condenas.
Todo proyecto tiene una dimensión de riesgo. Abandonar un proyecto por el hecho de que existan riesgos no es razonable. Tener en consideración el riesgo es el mejor modo de aprovechar las oportunidades.
Por ello, la posibilidad de contar con un diagnóstico legal que nos indique en cada momento la situación jurídica en la que nos encontramos permitirá fijar el punto de referencia a partir de cual se puedan elaborar planes legales de actuación para disminuir los riesgos existentes y prever los derivados de actuaciones futuras. De este modo, el Derecho, más que un enemigo, se convierte en un aliado que nos ayuda a consolidar las oportunidades y asegurar parte de nuestro éxito.
